Un estudio revela que los principales grupos familiares ya han invertido USD 1.400 millones y proyectan sumar otros 725 millones en el próximo año en proyectos con fines ambientales y sociales.
Según el informe Impact Portfolios of Latin American Families, elaborado por la Saïd Business School de la Universidad de Oxford en colaboración con la red The ImPact, las familias empresarias más adineradas de América Latina han movilizado hasta el momento USD 1.400 millones en inversiones de impacto, y tienen previsto destinar USD 725 millones más en el próximo año.
Del total de las 70 familias encuestadas, un 85 % ya participa activamente en proyectos que combinan fines sociales y ambientales.
Ese capital se distribuye en sectores como educación (41 %), biodiversidad y conservación (30 %), energías limpias (28 %) y agricultura sostenible (27 %).
El estudio también destaca que el 76 % de las familias entrevistadas planea mantener o aumentar sus inversiones de impacto, mientras que un 9 % contempla reducirlas.
No obstante, los autores reconocen que subsisten barreras estructurales: dificultades para medir el impacto real, carencia de experiencia técnica en los equipos de inversión y escasez de acuerdos de calidad.
Para superarlas, proponen fortalecer las capacidades locales, consolidar redes de apoyo especializadas y mejorar los servicios de asesoramiento profesional.
Menos del 4 % de esas familias delega por completo las decisiones de inversión a terceros; en muchos casos están implicadas directamente en la toma de decisiones.
Según el informe, aquellas con más de 10 años de experiencia destinan más del 20 % de sus activos a estrategias de impacto, mientras que quienes se suman recientemente destinan proporciones menores.
Geográficamente, el 90 % de las inversiones se mantiene en América Latina, y el 82 % de las familias prioriza proyectos en comunidades locales.
En cuanto al perfil ético de las decisiones, un 25 % está dispuesto a asumir mayores riesgos o aceptar retornos menores si eso garantiza un efecto positivo.